La Asociación de Amigos del Ferrocarril de Almería (ASAFAL) es una asociación independiente, de carácter civico-cultural y recreativo, que se constituye con el objetivo de fomentar y dar a conocer las ventajas que tiene este medio de transporte.
El Bien de Interés Cultural espera la financiación estatal para continuar con su rehabilitación · La primera fase concluyó en marzo y queda pendiente la recuperación de 500 metros de viaducto
Los obreros y los andamios de las empresas Jarquil y Tejera desaparecieron del Cargadero del Mineral en marzo, cuando concluyeron los trabajos contemplados en la primera fase del proyecto para la rehabilitación de este Bien de Interés Cultural y su apertura al público con centro social. Desde entonces, el también conocido como Cable Inglés permanece a la espera de la oportuna financiación que permita dar continuidad a estas obras que han de prolongarse, en una segunda fase, por más de 500 metros de viaducto sobre la trama urbana.
El Cargadero El Alquife (1902-1904), una obra de ingeniería concebida para utilizarla como medio de transporte, almacenaje y embarque del mineral procedente de las minas de hierro por vía marítima, consta de dos partes bien diferenciadas: el sistema de acceso y el muelle embarcadero propiamente dicho. El primero es un viaducto, en el que se alternan tramos de estructura metálica y tramos de fábrica de piedra caliza, y sobre el que discurre la vía férrea, que permitía el transporte del mineral al cargadero desde la estación de ferrocarril.
Son unos 540 metros aproximadamente de recorrido y centran la segunda fase del proyecto, cuya redacción está concluida, según ha informado el delegado provincial de Cultura de la Junta de Andalucía, Antonio José Lucas Sánchez, si bien el inicio de los trabajos no tiene fecha, ya que aún no está cerrada la financiación que requiere la recuperación del viaducto.
El presupuesto de cuatro millones de euros es superior al de la primera fase. Centrada ésta en los 108 metros de muelle del embarcadero, los trabajos efectuados a lo largo de 14 meses necesitaron una inversión de 2,7 millones , cofinanciada al cincuenta por ciento por la Junta y el Gobierno central a cargo del 1% del fondo cultural. Es la fórmula compartida que la Administración andaluza quiere repetir.
Dispone del compromiso verbal, aunque todavía no hay una partida en las cuentas estatales para abordar esta segunda tanda de obras de rehabilitación. Lucas Sánchez ha concretado que la Junta está pendiente de que el Ministerio de Fomento constituya la Comisión de Cultura, órgano que ha de distribuir ese 1% de los Presupuestos Generales del Estado destinado al Patrimonio Nacional y establecer, entre los proyectos aspirantes, cuáles son los prioritarios. "Ha entrado un nuevo Gobierno, así que estamos a la espera de la Comisión de Cultura y de que se formalicen los compromisos". Uno de ellos, recuerda el responsable andaluz, era la inclusión en el orden del día de la primera, o primeras reuniones de este órgano, del proyecto almeriense. No es el único pendiente de la Comisión de Cultura. También se encuentran en lista de espera la muralla Norte de la Alcazaba y el salón del Castillo de Vélez Blanco.
El edificio, que pertenece a Adif, espera la catalogación desde hace más de 20 años.
La antigua estación de ferrocarril espera un nuevo uso. El alcalde de Almería, Luis Rogelio Rodríguez comendador, quiere darle un nuevo valor a este emblemático edificio de la capital almeriense. Su último intento apenas acaba de llevarse a cabo. El primer edil envió una nueva carta al Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) en la que le reitera la disposición del Ayuntamiento a dar "un uso adecuado" a la antigua estación. La función que se le daría al edificio de la capital sería la creación de una biblioteca, que se ajusta al propósito de poner en valor de carácter cultural el espacio que ocupa.
Esto podría acelerar una catalogación que lleva desde 1985 en stand by, la de ser declarada como Bien de Interés Cultural, algo que le aseguraría una protección añadida a un espacio que lleva en desuso desde 2005, precisamente el momento en que la ciudad comenzó a crecer a mayor velocidad con la celebración de los Juegos del Mediterráneo.
El Ayuntamiento, sin embargo, siempre ha defendido el uso cultural, acorde con las reclamaciones ciudadanas y de colectivos como la Asociación Amigos del Ferrocarril que, desde años, dan cuenta del progresivo deterioro del BIC y reclaman su apertura al público.